lunes, 31 de agosto de 2009

La manta de Yola



Sin palabras.
Así me quedé hace dos años cuando abrí uno de los regalos de Reyes. Con la boca abierta y sin saber qué decir: mi cuñado Fernando fué el que cayó en la cuenta de que me había quedado por primera vez en mi vida sin palabras.

La manta la había hecho mi madre a escondidas, con unas fotos del reportaje que le hice a la Yola (sí, soy lo peor). Yo ni me enteré en todo el tiempo, aunque una vez casi la pillo y me echó de casa con cajas destempladas: oyó que abrían la puerta y pensaba que era mi padre, hasta que me escuchó hablar en el pasillo, y tuvo que meter la manta con todo lo de la costura a toda prisa debajo del sillón. Yo creí que estaba enfadada por algo, porque estaba bastante borde, y como no hacía más que darme cortes, me fuí. Jajajaja, y es que casi le fastidio la sorpresa!!!

La mala noticia es que fuí a lavarla para llevarla a una exposición, y resulta que las fotos destiñen, y además se está degradando el color, así que las chicas de nuestra mercería están intentando conseguir unas fotos en las que el color se estabilice. Llevan con el tema varios meses, así que espero que no tarden mucho más, porque echo de menos la manta....


Bueno, mis sobrinos se han vuelto a Zaragoza, así que espero que mi madre vuelva a aparecer por la blogosfera y os cuelgue alguna cosa nueva, porque la verdad es que os tiene totalmente abandonadas.

Besicos,

La okupa

2 comentarios:

  1. Menuda preciosidad de manta, no me extraña que te quedaras sin palabras, no es para menos.

    Ahora espero que al final se solucione el temita de las fotos y vuelvas a tener la mantita contigo.

    Muchos besos

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  2. Síiii, ya me han hecho unas nuevas, y ahora sólo queda que mi madre las vuelva a coser!!

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